Lejos de la ciudad, hoy me encuentro,
donde no llega la tecnología, solo se escucha,
el canto de las ranas… de las aves,
y las ardillas trepando los árboles, a lo lejos,
un sin fin de luciérnagas, dando luz a tu rostro.
Bella mujer… de labios tentadores,
de esos que, al mirarlos… te enamoran,
y llenan de vida tu ser… tu vivir,
noche de luna llena, de mágico esplendor,
que abren mi alma… para escribirte con el corazón.
Hermosa mujer, Dios le ha otorgado un don,
que la hace especial… donde los sueños se hacen realidad,
y su sonrisa, nos envuelve en un tierno despertar.
Mirando al cielo… y al conectarme con su universo,
sucumbir… donde su sol sea mi corazón,
y su nombre… la pureza a ti mujer,
siendo un manantial de fe y esperanza,
donde tu rocío fresco de la mañana,
da vida por donde pasa… La poesía corre por tus venas,
cargadas con lluvia de versos, dando vida a nuestras almas.
Mujer que surge y tiene esencia propia, que no sabe de límites,
ni de tiempo… nacen en ti, tus maravillosas Obras,
y llegan a mí, para mi vivir… para mi suspirar.
Cuando me dirijo al mar, noche de mil estrellas,
siento la brisa pasar… allí estas tú,
entre gaviotas volar, debajo de un cielo azul,
prendida de mi soñar.
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