La musa
que errante
mi prosa
mantiene.
La llevo presente
sin nunca faltar.
Me persigue siempre
me dicta sus versos,
que llegan a mi,
como en un raudal.
Me trae recuerdos,
gratos muchas veces,
ingratos en otras
pero sin dudar.
Recuerdos que plásmo
en muchas cuartillas
que luego publico
o vuelvo a borrar
Mi musa no es seria,
mi musa varía,
es una porfía,
no se si es verdad.
Porque tantas cosas
que se dicen juntas
son como una yunta
abriendo los surcos
y luego semillas
en ellos sembrar.
Semillas que luego
han de germinar...
sin duda ninguna
sin mucho pensar.