Cosas que no te dije.
- Nunca te dije que cuando te escuchaba,
me llevabas a la España dual, asimétrica y llena de rencor y envidias.
- Que me creaste una visión de madre y abuela cómo mujeres abnegadas, brillantes pero sobre todo altruistas.
- Cuando pienso en hacer daño a alguien, creo que no se me daría mal, me acuerdo de tí y que tú no lo aprobarias.
- La sensibilidad y el respeto al débil probablemente me venga de ti, por eso no soporto los prepotentes ni las victorias fáciles.
- Me inculcaste que no hay que dar pena, la compasión ajena es dañina y suele ser falsa.
- Tu eras excesivamente visceral en defensa de los tuyos perdiendo a veces objetividad y con ello diluyendo la verdad.
- Yo tuve una infancia desdichada, y mis operaciones, eran ya lo peor, pero tu estabas y me dabas esperanza, confianza y templanza.
- Siempre estabas equilibrada y objetivamente triste, llorando por tu marido muerto, lo cual a mí como niño me sobrecogia y azoraba.
- Ojalá estés viva, tu alma siga viva, y te vuelva a ver en la otra vida, no ya en esta y te vea feliz.