Un cuadernos con notas de mis primeros años,
corazones dibujados sobre ellas,
guardan la inocencia de mis años en tu dulce cuido,
y tu nombre en letras desdibujadas en múltiples colores,
desteñidas expresiones de mi niñez,
en mi cabeza tus sabios consejos,
ahora siento esa caricia entrañable
de esa mano curtida por los años
que me dice que no soy el mismo;
pero las caricias siguen siendo las mismas de niño,
en su silencio transmiten sin un mal gesto,
ese irreprochable amor, y
con la impaciencia del silencio,
y en la fragilidad del tiempo,
aún, te tenemos.
Rodrigo Rodríguez - Romo-