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Prohibido olvidar.

El mundo ardía, la noche se cohibía en las risas fingidas de las almas en llamas, tu con tu sonrisa ahogabas mi calma.

Lechuzas volaban cerca, algunos cuervos negros en su insomnio peleaban por un árbol, el gemir de las hojas era intenso, se confundían los alaridos de estos con la armonía de tu risa, al escuchar mis poesías.

El tiempo se ha cansado de perdonarnos, de perdonar mi lamento por no ser parte de tu mano, de perdonarte a ti por ignorar un amor sincero, loco y fiel que llora eterno en tu espera.

Le prendo fuego a mis memorias, amor, esperando se consuman en cenizas esas imágenes que abarcan mi cerebro, que rompen mi corazón, que ya no hacen falta tenerlas dentro.

Sigo plantado a tu lado, observando el sigilo de tu mirada, analizando tu deseo a otros hombres, a pesar de estar delante de mi, nada queda de pena en tus andares, eres valiente al seducir a mi enemigo y a mis amigos de la misma forma que lo hacías conmigo.

Se nublan mis parpados al verte sonriente al lado de otro, la caballerosidad que aprendí en el catecismo a los siete años se va al diablo, quiero matar a esos otros, quiero ser yo tu único; único amor, único odio, único, único, tu único todo.

Te encontré muerta en un sueño despierto, te arranque el corazón y mis demonios lo devoraron completo de tres mordidas, sentí alivio al saber que tu corazón era mío, pero solo era un sueño despierto, al abrir los sentidos, mis ruinas arden en un fuego negro arrancando de golpe la calma, liberando el tormento de ya no sentir el calor de tus besos.

En noches cuando duermo te sueño madre de mis hijos, derramo en tus venas las fuerzas de mi vida, vuelo lejos a tu lado a donde siempre prometes, más allá de donde nos puedan ver, juntos con las alas unidas, viendo los castillos de las estrellas, viendo la aurora en el alba que combina con tu tono de piel; pero vuelvo a lo mismo, solo estoy dormido, tu nocturna sigues en el penúltimo tango, derrochando sensualidad, mientras yo despierto y recuerdo que mi compañera de cama es mi almohada babeada y mis sabanas mojadas, de semen y lagrimas.

Mis amigos visten su mirada de luto para poder mirar mi cara, los perros ladran canciones fúnebres al escuchar mi marcha, la Luna elegante se pierde en mi dolor, el sol se marchita al sentir mi dolor, las rosas desfloran pétalos en trozos salpicados de mi sangre, el jardín del olvido es mi hogar, el amor que te tengo será perpetuo, el dolor que siento será eterno, olvidarte será prohibido, será prohibido dejar de llorar tu adiós, de llorar tu negación.