“El amor a veces tan extraño es,/ que como pintura abstracta puedes verle./ Lo pones al derecho y al revés/ y no sabes qué título ponerle”.
Nos mira con piedad cuando lástima damos,
con mucho dolor si acaso no lo respetamos
y muy extrañado si ambos no lo sentimos…
Tiene indignación cuando el respeto no existe,
cuando hay burla ves en su mirada algo triste
y lágrimas si no está en lo que escribimos.
Sabe mirar con gran nostalgia si hay ausencia
y nos mira con satisfacción si existe esencia
en la luna, en el viento, en el mar, de lo que es.
Hay en su mirar fulgores de paz, brillo de gloria,
el mirar del amor creemos que es una historia
escrita con tinta que brota del alma, tal vez.
El amor nos mira feliz cuando nos abrazamos,
si en entrega imparable ardiendo nos besamos
y con una sonrisa si acaso nos llega el perdón…
Nos mira como adulto, pero también fue pequeño,
es eterno cuando su mirada es un hermoso sueño
y mira como dueño cuando ocupa el corazón.
Hay en la mirada del amor a veces suspicacia
cuando el destino lo involucra por desgracia
con dudas, con mentiras, con irracionales enojos.
Es entonces cuando por ya no saber valorarlo,
por nunca haber sabido nosotros identificarlo,
que el amor se muere… y se cierran sus ojos.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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