M. Krasinski

A natura (antipoema)

A mi madre le prometieron una vida

 y pasados nueve meses se la trajeron:

 en forma de una pequeña pasa,

 viscosa, chillona y sangrienta,

 pero fecunda de vida.

 

Durante sus primeros años aquel bicho

 -aunque algunos prefieren llamarlo vida-

 no hizo otra cosa que llorar, comer,

 y sangrar cera por los oídos.

 Pero, como el deber \'a natura\' lo dictaba,

 su madre siguió cuidando de él,

 por amor a su vida.

 

Ahora aquel pequeño monstruo es un ogro bien crecido

 y no duda de sus capacidades de dudar la vida,

 y sigue llorando, 

 y no llora por como comida, ni tampoco por bebida, 

 sino por su vida;

 y llora por su madre, porque pena por ella;

 y vive y sigue viviendo 

 tan sólo por no dañarla.

 

Pero, como el deber \'a natura\' lo dicta, ahora,

 aquella vida sigue creciendo, 

 tan sólo por deber a su vida.