Dame la luz de tus ojos,
La ambrosía de tus labios,
El candor de tus resabios,
Que estoy postrado de hinojos;
Ésos, tus labios tan rojos,
Esos sentidos tan sabios,
Son en verdad astrolabios
Que desvanecen abrojos;
Eres mi Edén en la Tierra,
Dulce tierra prometida,
El acero en que se aferra
Este imán de fatua vida;
Eres la paz y la guerra
De mi alma comprometida…