Te veo partir en las noches
Queridas por el sol,
Por las tardes te veo mecer
En las hojas de los frágiles
Arboles cubiertos por el rocío.
No te alejes de la luz,
No corras en medio de las tinieblas;
No huyas preocupada
En la obscura tarde
De los llantos de los pobres
Que ríen por un trozo de pan.
Oh porque vas cayendo
En mis redes verosímiles,
Caes en la dulce red de una araña hambrienta de amor.
Te ves débil, quebrantable
Y sutil pluma en mi boca,
Te llevan las estaciones a galope
y las olas te acorrucan
Como a su niño amado.
Te digo adiós
Porque siento que ya no te voy a ver,
Te digo adiós porque no sé
Que decirte;
Te digo hasta luego
Porque siempre sabré
Donde estas y que haces.
Mis rayos son suaves plumas
Y mis estrellas el regalo de tantos hijos hechos con amor;
Solo te regalo lo que más amo
Que es el sol
Y mi amor hacia él
Para que te acompañe
A donde tú vayas.
Te digo adiós por última vez,
Con mis ojos llenos de lágrimas
Y con mi mirada puesta en el barco
que te miro zarpar a donde vayas hacer feliz.
Adiós, adiós,
Vuela y se libre
Porque hoy yo te la doy.