Me gusta su apacible mirada
Apacible como un fin de semana
Apacible como la luna de octubre
Apacible como las palabras de amor,
que llegan en el momento indicado.
Seguro que no.
Seguro que no.
Pero a veces debemos hacerle creer a los otros,
y a nosotros mismos que lo hay.
Pues cuando el amor nos sorprende y
nos deja en total desnudes,
una pequeña mentira quizá nos libere,
de tan temible vergüenza.
Esa que uno siente cuando nos miramos dentro
y notamos una reacción química que deshace el ego.