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UNA LÁGRIMA POR EL PASADO

UNA LÁGRIMA POR EL PASADO

 

Hay unas huellas en mi camino incierto

Unas huellas descalzas que me guían

hacia un mundo que yo creía muerto

Y reviven a través de mi agonía

 

Resuenan como yendo hacia el futuro

Y borran tras de sí, todo el misterio

de esa carne que se pudre entre los muros

del fúnebre portal del cementerio

 

El rumor que acaricia los portales

es mi pasado, recordado en blanco y negro

Abismado confín, allá en mi pueblo

Escenas ahogadas, fotos falsas

 

Y el laurel viejo sembrado en la casa de mi padre

ya no resucita su sombra fresca

Y mi pueblo ya no existe, en ningún mapa

El mapa era yo mismo y lo he matado

 

Tú misma te mataste Chichigalpa

hace ya tiempo que estabas muerta

y hoy te suplanta una figura extraña

de gente sin conocer, de calles nuevas

 

Hoy la muerte es una melodía que se apaga

Un despedir del mundo hasta quedarse sólo

Un reloj que no dice la verdad, un mástil roto

De guitarra que espera el último lamento

Con herrumbrosas cuerdas en una casa sola

 

Esta mañana desperté llorando

están callados todos los ruidos de mi vida

en el aire todo el oxígeno se arrala

y me mata la angustia y el olvido

 

Y la alegría de los niños invisibles

que habitan las esquinas como sombras

Aquellos que se acostaron con el hambre

y despiertan con sus estómagos vacíos

 

 

Y, sin embargo, la vida sigue palpitando

Como tambor que arranca los gemidos

Es como el tic tac de un corazón llorando

Cuando siente que agonizan sus gemidos

 

Aún con el espíritu roto pido al cielo

que tenga veinte años menos para siempre

y escuchar la canción de cuna de mi madre

cuando yo era un niño entre sus brazos