Personalista somos entre el umbral del tiempo y el despiadado celaje
en el cual el instinto subliminal del deseo material con esa mezquindad negra,
ahoga al hombre en general para solo dejar relucir el vasto carbón que
arropa sus múltiples circuitos eléctricos dentro de su cerebro ya mezclado del carbón...
Carbón del pecado que disipas las furias alegres y falsas de malestares sulfúricos
entre aquellos caminos de la vida que abruman el paso del hombre en general,
para solo replicarle al pensamiento espontáneo y saliente de aquella
débil e indefensa decisiones cruenta entre dos flancos fulminantes...
Fulminante odio es el primero que brotan tus ojos cuando observan las miles caras
de los seres humanos dóciles y débiles como la indefensa natura muy leal,
pero solida como las rocas que desprende una coraza llena de sabiduría ante las
mezquindades indistintas y floqueada de tu personalismo...
Personalismo muy mezquino que resuenan con furias las frías palabras
tan falsas como tu alma cuando no censan la retórica encendida de tu voz al desliz,
tan vil y negro como el carbón mezclado de la roja lava volcánica tan caliente
como aquel egoísmo tácito y repugnante que envuelven tus manos duras y agrietadas...
Fulminante roca negra que cruzas las capas protectoras del cielo y materialismo es
el segundo el cual se inserta entre tu fría alma para solo desear lo ajeno impuro,
lo cual no te pertenece ya que Jesucristo no te abre el celaje de las bendiciones
para que te apoderes de lo que siempre a sido ese ser humano muy noble y leal.
Lealtad a la vida del prójimo y amor extenso es lo que nos inculca el maestro
para que perseveremos en los infinitos caminos del éxito y la superación,
en donde la mentira es congelada frente a los crueles ángeles caídos que han
adormecido a la gente noble con sus insistente palabras muy buenas para ellos mismos...
A usted hombre político de esta nueva generación que tocas muy incesantemente
con las yema de tu dedo índice derecho el centro de las gafas puestas en tus ojos,
nerviosismo expandes ante al mundo cuando sueles aparecer en la televisión muy cansado
y con vejes prematura por la maldad que rueda de tu cerebro hacia tu garganta...
Garganta de fuego muy explosiva que sobornan con encantamientos de serpiente
durmientes entre tus instinto venenosos la susceptibilidad de todos los hijos de Venezuela,
la cual te dice no ataques más y recula al tribunal supremo divino el cual te
juzgara por tu pugnas y mala acciones amarillentas en el sentido del mal...
RIVAS JOSE
Barinas – Venezuela
15.05-2017