Yo no nací ayer.
Nací el día en que tus ojos me vieron
y en tu corazón, como una semilla,
se anidó la ilusión.
Cuando el suspiro
de tu alma fortuito se escapaba
por tus labios virginales
dibujando una sonrisa.
Cuando tu aroma,
más fragante que las flores
de la época primera,
recorría cada espacio de tu piel.
Yo nací cuando en tus manos
vertías toda la ternura ignota
que ahí escondían
tus sentidos de mujer.
Yo nací cuando el canto de las aves
se orquestaba en tus oídos
como en el campo se conjuga
el color de las flores.
Yo no nací ayer.
Nací como el sol matinal
que se anuncia en el oriente
buscando su cenit
como yo busco tus besos.
Yo no nací ayer.
Nací el mismo día en que te enamoraste
como yo me enamoré de ti.