Habrán meses en los que los frutos maduros caigan al suelo,
días en los que la marea errase con los castillitos de arena,
minutos donde quieras abandonar, instantes para llorar, pero también para brindar.
Habrá de todo, habrán besos y caricias, insultos, reproches, abrazos, una que otra mirada, sonrisas por el aire y sentidos a flor de piel. Pero cuando venga la tempestad aférrate con tus garras y si no tienes, hazlo con los dientes, si te faltan, inténtalo con tus brazos o con tus piernas, pero no desistas ni bajes la cara avergonzado,
con el tiempo te darás cuenta que todo estaba en la actitud.