Tu cuerpo me habla,
su timbre es húmedo y brillante,
y charlamos amantes
mi voz y tu cuerpo.
Las palabras de tu cuerpo ....,
¡ brillan !.
Iluminan la penumbra de mi cuerpo.
Me encienden.
Mi voz sin freno se pierde entre sus palabras,
y se calla. Lo dice tu cuerpo.
¡ No hables, ahora no hables !.
Hablo yo.
Se abrió el cielo.
Esperé un mundo, hasta que
susurrándome me decía:
\"¡ahora...!, háblame ahora\".