Una noche oscura y vacía
Cuando todo era barro y lluvia
Caminando con el alma bravía
Escuché una hermosa melodía.
En la banca de un parque sin nombre
Escuché extasiado la misma bella melodía
Brotaba de alguna ventana que la oscuridad escondía
Era tan bella que mi alma se derretía
Curioso y absorto con el corazón alborotado
Busqué desesperado de dónde procedía
Una ventana de ojival forma se abría
Dejando escapar las notas que a mi alma encandilaba
Intrigado y embelesado quise saber
Quien ése violín con tanta pasión tocaba
Mi corazón quedó paralizado, mi boca enmudecida
Era un ángel que tenía forma de mujer.
Desde entonces cada noche con el pecho anhelante
Y el alma aterida, de ése banco del parque me adueñé
¡Cómo disfrutaba de sus notas!
Y como adoraba a ése ángel que mi vida encantaba
En la orfandad de la oscuridad
Por saber el nombre de ése ángel moría
Hasta que una noche ya vencida
Su madre le dijo “duerme ya Sofía”
Desde entonces la idolatré
Poemas escribí y su melodía me hizo vivir
Las sublimes canciones de amor
Que el maravilloso violín derramaba
Una noche tenebrosa y macabra
El silencio rechinaba en mis oídos
Por la ojival ventana alcancé a ver un blanco ataúd
Y supe que ya no habría violín ni melodía.
Desde entonces me veo en él banco
De ése parque sin nombre
Que como mendigo sin nombre
Llora evocando el ataúd blanco.
Sírvame un trago amigo cantinero
Que sea rápido y completo
Debo ir al parque sin nombre
Antes que alguien invada mi banco.
Lima 16 / 05 /17