Oh dios de la soledad,
¿Por qué me buscas entre tus fauces?
y me alejas de mi sobriedad
con las espinas de tus raíces
Nado entre los versos del ayer
y lloro ante lo que no llegará mañana
Te escribo una señal de rescate
y me dejas con tu sabor fantasma
Me mientes con tus cuentos y fábulas
Ninguna Ariadna me sacará del laberinto
ni ovillo que me saque de estas islas
ni nada que me salve del olvido
Dices que es mi mundo de fantasía:
¡Que no ves que nunca llegará el día!
Solo desperdicias tu alegría
Con tu cara cruda y sombría
Déjame solo, pagaré las consecuencias
a costo de mi sangre, contaré los días
subiré montañas, y mil travesías
pero nunca dejo, mi cruel fantasía
Bien sabes lo sabes, nadie es una isla,
¿Te crees un dios o una bestia?
¿O un mito griego de valentía?
no tienes el valor para sufrirla
¿Que hago? ¿A que Dios le canto?
¿A que héroe pido su espada?
De la soledad que me tiene en su brasa
¿Serás tú quien detenga el llanto?
Déjame solo, con las gotas de mis ojos
Solo quería entrar, sentirte y amar
Ya lo entendí, caprichoso olvidar.
Pero no olvides mis negros alientos:
Seas maldito, dios de la soledad