Nada importa que llegue dulce muerte
o se pierda del mundo su belleza;
si lo cielos perdieran su grandeza
yo por siempre mi amor podré ofrecerte
Puede ser que marchiten los jardines
y su efluvio perdieran bellas flores;
yo tendría perfume en tus amores
con la suave fragancia de jazmines.
Si perdieran los ríos sus caudales
o las aves quedaran sin sus trinos;
en tus labios tendría dulces vinos
que prodigan ensueños celestiales.
Si los bosques perdieran el oxígeno
y sintiera la vida va escapando,
con tu aliento me iré resucitando
porque siempre tu amor será mi antígeno.
Eres faro que alumbra mi destino
y la estrella que adorna mi existencia,
con tu bella y perfecta transparencia
tu de rosas anegas mi camino!!
Autor: Aníbal Rodríguez.