Recuerdas cuando, en mis horas más oscuras,
Sobre todo, en mis horas de necesidad y cuando la tempestad se posaba con la gracia de una mariposa en mí,
ha, claro que no, tu no estabas ahí.
¿A dónde habías ido niña…?
De seguro te habías entretenido con tus crespos mientras le suspirabas al viento, ¿no es así?