Un vals el cual considero
una magnífica melodía.
Hay tantas y tantas
que en mi mente suenan...
Pero esta ha sido muy especial
en mi vida de adolescente.
Porque en esa fiesta
en la cual se festejaba
el cumpleaños de una prima tuya,
nos conocimos.
El Danubio azul fue aquella noche
la más preferida por nosotros.
Y también por todos los invitados
allí presentes.
Diecisiete años ambos teníamos.
Han pasado ya sesenta años.
Y cada vez que la escucho,
mi corazón vibra de emoción.
Porque recuerdo tu rostro
tal cual era...
a pesar de tantas décadas transcurridas.
Eran otros tiempos.
Épocas y momentos que nunca
han de dejar de estar en nuestro recuerdo.
Al menos en el mío.
Nos conocimos, y nuestras miradas
flecharon nuestro corazón.
Uno de mis amores de adolescente.
Después el destino
cambia el ritmo de vida.
El lugar en que estaba era en Buenos Aires.
Había ido para festejar el cumpleños
de una prima.
Me quedé unos días,
en plena temporada veraniega.
Conocía desde hace un corto tiempo
a tu prima, por intermedio de la mía.
Ella tuvo tuvo la gentileza de invitarme
a su cumpleaños, y allí fue
donde nos conocimos.
Nos agradamos desde las primeras palabras.
Nos hemos reído toda la noche.
Y bailamos... tanto, que,
aun con nuestra juventud a cuestas,
quedamos cansados.
Pero qué nos importó.
Vivimos la noche a pleno.
Después, retorné a mi Santa Fe querido.
Han pasado muchas décadas...
Y siempre que escucho
el Danubio azul, mi corazón
se transporta a aquella
inolvidable noche,
danzando al compás
de esa melodía inolvidable.
Brigada del escenario.