No me mires más
mira que el brillo de tus ojos
me lo ha dicho todo
se ha infiltrado
a mi íntima oquedad.
No me mires más
que estas manos
mueren por acariciarte
en la dicotomía
de la ternura y el frenesí.
No insistas más con tu mirada,
mira que mis labios
saborean de ese vino
que desgaja de tu ser
y que emana fragancia fresca
como la brisa de verano.
Por última vez...
¡No me mires más!
que la memoria del alma,
que la memoría de la piel,
¡es la mas creíble!.
(Te dije que no miraras, ahora hay vestigios de mi
hasta en tus sombras)