Adrian Labansat

EXTENSIÓN DE LOS PAISAJES DE GUERRA

 

I

Enredaderas amargas son los pensamientos,

cuerpo indecible, orilla y palabra de Dios,

recintos de soledad,

trazo desnudo del verbo huérfano de nidos

angustia devorada,

apartada de alas,

territorio  para el vértigo oscurecido,

raíces en el cielo,

polvo de nubes.

Donde mueren las aves, mueren los hombres,

agoniza el cielo

donde el viento es el inacabado templo de la existencia.

 

II

El cielo es ese azul,

desemboca

en la fría habitación del mundo,

una lágrima se precipita sobre su inmenso vacío

donde las heridas tienen fechas y nombres

desprendidos de las ramas

para sostener al último pájaro.

III

 

Solo se puede morir si se ha nacido,

era la nada el antes.

invente mis huellas sobre lugares vacíos  

para crear este derrumbe  de equilibrios

de ojos  fríos donde se mira  la deriva del mundo,

resucite interiores desiertos

herido por el barro cuando huí de las resignaciones,

he sido tantas veces  la soledad  ejerciendo su fuerza,

he hallado mi casa en la  de todos los desterrados

¿sobre qué tierra habré de convocarlos?

por eso vuelvo al viento buscando las banderas,

pero están muertas sus raíces.

Hubo una  fuerza que lo ha evaporado todo

ahora  todos son  fantasmas que vienen de la guerra,

han agotado sus  fuerzas

han escurrido sus lágrimas

sobre los gritos colgados en las plazas,

han quedado ensordecidos

cobijando el mutismo bajo sus lenguas.

He ido a recoger los gajos del odio sembrado,

he caminado la inmensidad de las calles destruidas

que alguien o muchos han roto,

la fotografía ha escrito los nombres de los destrozos sobre el papel

convertido en un diario que describe la desolación de los hombres y los pájaros muertos.