Qué extraño colibrí
tan tarde hoy has venido,
la luz del día ha avanzado,
mis ejercicios matutinos
casi he terminado.
Oh! mi amigo... Colibrí,
no vienes acompañado
tal ha sido acostumbrado.
¿Eres hembra o eres macho?
¡Qué importa! ¡No me digas!
¿Se han distanciado?
¡O haber! ¿Es que te han abandonado?
¿No será que… este mundo
tu compañía ha dejado?
¿Qué ha pasado?
¡Está bien… no contestes colibrí!
¿Y ya te vas?
Tan solo unos segundos hoy te vi
sobre el mismo arbusto te posaste
y casi de inmediato tus alas desplegaste
para perderte en el paraje.
Aun así, a ti gracias debo dar
porque… con tu fino y fugaz canto
que he aprendido a interpretar
¡Qué gran gesto, colibrí amigo!
¡Tú me has pasado a saludar!