A jugar al fantasma me propongo
esta noche lluviosa en pleno invierno,
unos entes salidos del infierno
hoy me cambian las reglas que yo impongo.
A tratar de vencerlos yo me pongo
pues tal vez se me daba un juego alterno,
no pensé, al jugar al fuego eterno,
apagar esta luz de que dispongo.
Un diablillo salió de no sé dónde,
se arrojó en la espesura de mi pieza,
si lo voy a atrapar él va y se esconde,
me pregunto si es él el que me apresa
ni el mismísimo diablo me responde,
el que juega con fuego mal empieza.