Te marchaste de aquí,
dejando un odio delirante,
y te amo a tí,
y sí, así es tu amor,
amando tu odio estaré,
y permaneceré todo en tí,
cuando cese la lluvia,
aquí en mi piel,
cuando decida amarte aún más,
no veré nada más,
que tu odio tan penetrante,
que en el corazón,
se abastece de latidos,
y queda tan prohibido,
como el rencor de un tiempo,
qué desastre dejaste aquí,
cuando una tarde de sol,
alumbré con todo resplandor,
sí, el sol en cada mirada de los dos,
iluminando el paisaje con el debido color,
porque amando tu odio,
dejaste una ilusión,
dejaste una pasión con paz,
siendo la más electrizante verdad,
y yo, amo tu odio,
porque me diste el coraje,
en una salvación,
que se atreve a decir y amo tu odio,
esa dulce sensación que dejaste aquí,
porque amando tu odio,
dejaste aquí un tiempo,
como eco de una voz,
que late en mi garganta,
porque me encanta esa forma que tengo yo,
amando tu odio...