Tú me diste la unción de tus amores,
al llegar al santuario de tu templo
y bendije tu altar con mis pasiones
comulgando con la ostia de tu cuerpo!
Implorando de hinojos te juraba
que mi Dios y mi cielo tú serías ,
que las ansias que habían en el alma,
se curaban con luz de tus caricias!
Fue tan grande el amor que nos tuvimos
que encontré sanación en tus miradas,
la oración que decía en mis delirios
eran cantos de bardo que soñaba.
La confirma de fe que tu me diste
fue la copa divina de tus senos,
y la puerta del cielo llego abrirse
al sentir de tu pecho sus jadeos.
De tu orgasmo magnífico y bendito
emanó tu perdón a mi lascivia,
y de forma sagrada diste alivio
a las penas que mi alma padecía!
Más, \"tu Dios\", envidioso de mi dicha
te llevó por camino equivocado,
al casarte quedaste revestida
con tu velo cubierto por el llanto!!
Hoy tus ojos se nublan recordando
esos días sagrados de lujuria;
que dichosos en cielo platinado
con amor y placer mi alma fue tuya.
Autor: Anibal Rodriguez.