No importa que de mí
Te encuentres lejos, muy lejos,
Porque me hice buen amigo
De la noche y del viento
Y a éste último le he pedido
Que sobre sus ondas frescas
Te lleve a diario mis besos.
No importa que de mí
Te encuentre lejos, muy lejos,
Porque esta noche
Voy a rogarle a la luna
Se convierta en un espejo
Y que refleje sólo para mis ojos
Tu rostro dulce y bello.
No importa que de mí
Te encuentres lejos, muy lejos,
Porque cuando salgo a reposar
Bajo la sombra de aquel árbol viejo
Pasas como una visión hermosa
Frente a mis ojos y te recuerdo...
Y mi mente navega perdida
Como pájaro de errante vuelo,
Imaginando lo que pudimos ser
Si no te hubieras muerto.