Esa alfombra amarillenta
cubre cada losa de mi patio,
se desvanece poco... a poco.
Crac! Crac! Crac! Cruje
como si llorase de tristeza,
su ciclo se ha terminado.
Otrora verde resplandecía,
el viento, la mecía en las alturas
era el sol, su principal aliado.
Hoy, yace...sin aparente vida
como hojarasca se devuelve
sin su esencia... ni clorofila.