-I-
Pensar en ti, segundo tras segundo,
soñar contigo cuando estoy despierto,
en tu ausencia sentirme común muerto,
que ya no espera nada de este mundo.
Oír campanas, ver brillar estrellas,
embriagarme en perfumes celestiales,
ver brotar de las piedras manantiales,
por el fulgor que tu mirar destella.
Así es mi vida desde aquel instante,
en que tu alma y mi alma descubrieron
que sólo nuestro amor era importante.
Y en un beso infinito comprendieron
que nuestros corazones palpitantes,
en la gracia de Dios se confundieron…
-II-
Ya no puedo ahogar este delirio,
este amor que desborda la prudencia,
que no puede vivir sin tu presencia,
porque un día sin verte es un martirio.
Necesito gritar cuanto te quiero,
contar a todo el mundo que eres mía,
que te amo con pasión e idolatría,
que si no estás conmigo, yo me muero.
Esta locura en que mi piel se abrasa,
en mis ojos es fuego que ilumina,
y en mi boca torrente que me arrasa,
y a la gloria a mi espíritu encamina;
porque toda tristeza se me pasa,
si me da su calor, tu luz divina…