Se agota la espera...
el cansancio cubre de musgos
las arriadas velas de nuestra barca
Una lira de caracoles anuncia el crepúsculo
y corre las cortinas de la tarde
mientras palidezco
entre las ruinas de la nostalgia
con un dolor que transciende
los acantilados de mi boca
Escucho el eco del mar que me habla...
Solo el mar entiende de este sutil silencio.