Lejano amigo mío de las tardes amadas.
Espectro de un instante
por distantes lugares y con rara asonancia.
Te doy mi corazón.
No espero más que besos en algunas esquinas
Una tenue caricia…
Guardaré entre mis pechos la vital arrogancia
que me traiga tu aroma
Sensible de cariño rozaré las neblinas
para hallarte dormido
silueta blanquecina que recorta la noche
Correré sobre aceras, callejuelas cansinas
saciada de abundancia
si tu lejana nube bebe miel de mi boca.
Amalia Lateano
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