Tracemos un plan de escape, unamos los puntos, riámonos por nada.
Hagamos de nuestra vulnerabilidad la mejor defensa.
Hagamos de la tierra de nuestros cuerpos algo más que un camposanto alquilado al capital.
Será una revuelta en serie, de las que se sueñan abriendo los brazos.
Lograremos una libación de todo este cardumen de emociones enlatadas.
Fuguémonos donde la solución no sea una pastilla u otro consumo.
Espérame con el auto en marcha en la esquina de siempre;
Espérame con el vino compadrito y la ceniza aletargada.
Yo pondré mi lengua entre tu idioma, yo haré de mi sudor
El bálsamo de la hora del almuerzo.
Y tú exhibirás los galardones, la térmica que salta,
La cadena que romperemos haciéndonos un eslabón de nosotros mismos.
Entonces, heroísmo será que me des la mano
Y ya no importará el cinismo en los ojos entrecerrados de dios.