Como en un museo de abstracciones,
Paso de tu ombligo a tu espalda, a la luz de tu boca,
Al sonido de tus ojos generando huracanes al otro lado del mundo.
Como el genio de una lámpara, liberado para desear
Por sí mismo, me arraigo a tu espíritu encerrado en su vasija de sensaciones.
Sos la voz que escucho, casi tan propia como la mía,
Que no cesa su incantación para alcanzarte.
Te alzas dibujando en el cielo
La misma curva que guía mi destino;
Tus manos exactas, tibias como un arrullo, sacuden la porfía de mis ensoñaciones.
El espacio caliente que me dejas
Repara los fragmentos destruidos de ese espíritu que juega a la soga
Con mi cordón de plata.
Un abanico de plumas te sacude de tu éxtasis, has abierto la ventana
Y el dolor punza helado, convincente, engañoso.
Mañana harás otra promesa.
Quizás esta vez no crucemos los dedos.
-raya y punto.
.20-05-17