Lo más probable es
que lo que no tenga sentido
es lo que yo siento,
porque analizando mi vida,
tampoco veo algo tan horrible
que me tenga que hacer sentir
tan pésimamente;
lo único que yo soy demasiado sensible,
una mierda me afecta
como si me pegaran una hostia en la cara,
o sea, soy intensa para sentir,
para ser y para comportarme,
y tal vez lo que a otros
les parece cálido,
a mí me parece hielo puro,
porque sí,
porque así soy de fría
y de sensible.
Nunca demostraré gran cosa,
pero lo que me hierven por dentro
algunas cosas,
no se hace uno a la idea,
y no son cosas muy profundas
ni oscuras
en muchos casos,
pero son suficientemente grandes
como para desestabilizarme.
El principal problema mío
es que no me quiero,
me detesto,
no me veo bien,
siento que sobro
en todos lados,
que no valgo nada.
Y nadie quiere
a alguien que piense así de sí mismo,
porque no,
porque personas como yo,
somos tóxicas,
malas para los demás,
malas para el amor,
para recibirlo
y recibir ayuda,
y por eso me condeno,
no logro cambiar,
no sé domesticar mi mente
para dejar de herirme,
no sé dejar de sentir desprecio
y rechazo por mí,
ni dejar de sentir ganas
de esconderme de mí,
de no verme,
de apartarme,
de irme,
de evitarme,
y me parece una cruel condena
estar conmigo hasta el fin de mis días,
con lo fácil que lo tienen otros
para perderme de vista
sin tener que sufrir
ni expirar.