Una noche navegando por el mar de los sueños perdidos, tu corazón encontré, iluminabas los cielos con la luz de tu amor.
Al acercarme pude contemplar tu desnudo cuerpo y tus senos blancos como el nácar, tus ojos me miraban conduciéndome al lugar donde con impaciencia yo quería estar.
Fue en el mar de los sueños perdidos donde me enseñaste a amar, a querer y contemplar la belleza de esta vida, nos abrazamos y el cielo se abrió con una lluvia de doradas estrellas a los dos nos ilumino con su baño, nuestros cuerpos se unián, mientras la luna sonreía.
Pintura de Juan Ángel Suarez
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
30 de Enero 2017