Recuerdo tus largos pelos dorados,
la palidez de tu piel,
tus labios que cuando los besaba se volvían rojos,
la sensibilidad de tu alma,
y la fuerza de tus pensamientos,
la manera en que observabas el mundo,
y la manera en que me observabas a mí,
lo recuerdo como si todo hubiera ocurrido ayer.
Ahora ya no sé quien sos
y yo, ya no soy el mismo,
quizás un poco gracias a vos.
Por eso no siento nostalgia,
solo siento felicidad, cada vez que me acuerdo
de esa niña que me hizo sentir por primera vez el amor.