Inexistente

Es de noche... y ladran los perros.

El silbato de un vigilante
y los perros ladrando lejos,
el silbato del vigilante
de nuevo ladran los perros,
y yo me pregunto
-¿Qué pasa?-
El silbato del vigilante,
alborotados los perros más cerca,
un ladrido en fino ladrar sostenido
-ha de ser perro pequeño-,
un ladrido más fuerte
-ese de perro grande ha de ser-.
Y me pregunto de nuevo
-¿Qué pasa?-

Pasa de repente, que todo se calla
y ahora yo me pregunto
-¿Qué pasó?-.
Calma, calma queda la noche por unos instantes
para escucharse un maullido
y un gato color de demonio,
con ojos más de demonio; me pasa diciendo
-el que pasa soy yo-.

Dejo la noche y me duermo;
el porqué ladraban los perros….
la duda ya se aclaró.