¿Cuántos pétalos, amarillos y distantes,
viajan en el tiempo sin camino?
En el recuerdo de este sueño,
tu estela de gozo
como el polvo se levanta,
a perderse, a encontrarse conmigo.
Esta casa invariable,
una senda del cuerpo.
Esta boca, un horizonte
callado en la ventana. Esta boca
se desprende de los techos
en silencio cuando llueven pétalos,
amarillos y distantes.
Mi memoria, un viejo puente,
deja cruzar a tus lascivos fantasmas.
De muchos, a media noche, el silencio
se da cuenta, y apagan la luz,
con pétalos, amarillos y distantes.