“Hay miles de las maneras de una indemne salutación, de una Estrella y un Humano.
“Tres segundos, cierro los ojos y ya no estás, Estrella.
“En realidad, sé que para esto vivo, para dar y no recibir; pero ¿qué gano dando, cuando estoy echo cuadritos sin Usted, Estrella?
“Tengo traumas, problemas... y Usted hace que Yo sufra de insomnio a largo plazo.
“¡¡No, por favor!! ¡¡¡Estrella, no me abandones!!! El único deseo es el de poder poseerte.
“Impertinente, permanentemente me adviertes; te alejas, te humillas, y cuando (esto me da más rabia) no te busco, me das una patada en la cabeza.
“¡Por qué eres así, Amor?
“Compraré un ticket, para ir a verte, porque aquel día, sentí el brillo de tu mirada; así dice el libro, entonces, nosotros te vimos llorar toda la madrugada...
“Soy el malo de esta precuela,
No sacaré una secuela,
Por si el Amor se cuela,
Es mejor si vuela:
Dado que, así sabré, que las estrellas fugaces, tienen una doncelluela.
“Amo cuando te ríes de mis negros chistes. En medio del escaparate, te miro, quisiera pedir a DIOS por ti, pero no puedo, porque ya Él te tiene de vigilia con los soldados.
“Y Yo, en la cima del dolor.
Enardecido de cólera:
Porque nos necesitamos,
Pero no sé si Usted querrá... volver a aparecer”.