Monroy Gemio Pedro

Donde estas?


Los últimos destellos de su mirada,
su dulce sonrisa débil, reflejaban su actitud fatigada,
con toques de tristeza, pero sin amargura.
Cuando llegó la muerte, franqueando la entrada,
con paso irreversible y sin llamar a la puerta,
conoció que se hallaba al final de la jornada.
Lo dio todo en la vida
y pisando los umbrales de la muerte,
marcó un saludo más que una despedida.
En ese momento,
el cielo absorbió el postrer aliento,
y más fría quedo la tierra.
Me robastes lo que mas queria,
cruel, odiosa y caprichosa muerte,
apagastes su sonrisa y cerrastes sus ojos,
le robastes el alma en esa cruel mañana.
El órgano y la campana enmudecieron,
el ciprés centenario y la chopera,
pálidas rosas mustias hundidas en pesares,
revestidas de un gozo transitorio y ligero,
quebraron los montes contra el azul del cielo.
Transmitiendo las mismas sacudidas,
recrearon los sentimientos,
despertando nostalgias dormidas,
aquietando temores despiertos,
apagando ilusiones perdidas.
P.M Pedro Monroy Gemio

RECUERDO ESA NOCHE
Recuerdo esa noche
y no me arrepiento,
fui a rebañar la sal
que quedaba en tus labios
todo fue en un impulso
y te sorprendí, te robe un beso,
sorprendí tu boca con mis
labios hambrientos de ti, no debí
¿o si?
no se, creo que sin pensar lo hice,
mi mente dejo tomar las riendas del corazon,
a todo mi ser y desbocar sin freno
toda mi alma, ¿te robe un beso?, o te robe mas,
quizás... quizás no, ¿o estoy soñando cada día
contigo a mi lado? .Sí, te robe un beso, uno
de muchos y no me detuviste ni por un
minuto, en ese viaje de tus labios a tu cuello,
quizás no tuviste tiempo de detenerme.
Quizás fue real,
te robe un solo beso
pero luego otro y luego más, o ¿me regalaste
el resto de los besos de tu boca? o
¿fue solo un sueño, un hermoso sueño?
quizas asi fue
¿entonces? ¿por qué llevo impregnado en mi piel tu sabor
y en mi alma tu aroma
P.M Pedro Monroy Gemio

LA TRISTEZA ROTA
Eres un hombre triste, me dijistes,
pero nó, no soy un hombre triste,
estoy lleno de tristeza
por la muerte de mi hija,
siento más su muerte que mi vida.
Sólo te dedicas a escribir,
me reprochaste
y también te equivocastes,
todos los días regreso,
a los artesonados
pasillos del recuerdo
y la sonrisa sale,
sale al instante en que fui feliz,
a la sombra,
siempre a la sombra
de mi hija.
No me reproches que la recuerde
porque entonces te digo adiós,
no me digas que no piense en ella
porque entonces prefiero morir,
no me digas que no llore
porque me ahogaré en lágrimas por dentro,
déjame sentir, vivir en ella,
mi vida esta en su recuerdo,
mi música en sus poemas,
respiro por ella y jamas se ira de mi
para que tú te sientas mejor,
vete y déjame solo con ella.
P.M Pedro Monroy Gemio