Hay poemas que se traspapelan solos
en la aureola de los adolescentes que arañan lo adulto
cuando juegan a niños.
Un mundo de mimos espera a los nietos;
¡Y aún no se inclinan por la jugarreta!….,
ni les ocupa reservar el día
para nacer a la melodía
de las notas desafinadas
y a sus sonrisitas rosadas,
cuando entonces;
los cordeles suelen ser más útiles
que el hilvanar de sus sueños.
Todo sobra
que hasta falta de todo;
(lo que más falta son nietos).
Son versos que han de escribirse algún día.
(Los niños son bellos poemas
que nacen
con el privilegio
de adeptos lectores).