Se ha caído dios. O tu recuerdo.
Me cuesta exorcizarte.
Se ha caído dios o tu mirada.
Se ha caído de una torre de charol o una mesa temblorosa;
Desde alguna indiferencia, desde algún vuelo libertario.
Se ha caído en el saco roto aquel donde siempre tropezábamos.
La carne que escuece no es tan mía desde que tu deseo no la sala.
La carne que yo salo dura menos que mis ciegas memorias.
Me cuesta este exorcismo desesperanzado.
No voy a levantarte.