FIDEL HERNANDEZ

AMIGO OLVIDADO

Frío siente el alma

de un corazón herido;

helado está el cuerpo

del que tenéis por amigo.

 

Su voz se pierde en el fango

de un turbio oído;

sus noches no están serenas

porque se siente abatido.

 

Contempla la oscuridad

de un sol ya partido,

ensuciado por el lodo

y preso en su camino.

 

Seca lleva su garganta

de ser lo que ha sido;

húmeda lleva su frente

de sudor amargo y querido.

 

Sus ojos lloran sin lágrimas

porque las ha perdido

buscando a su amada

entre los trenes y el ruido.

 

No le miréis con lástima

porque le sintáis abatido,

llamadle por su nombre

aunque ya no tenga sentido.

 

Ahí, sentado en cualquier parque,

tenéis a vuestro amigo,

con los ojos hundidos

y el alma en un desastre.