A veces usted me acaricia con su verso,
toca mi alma, eriza mi cuerpo.
A veces usted me viene a visitar
vestido de amor, de silencio...
A veces me siento su musa,
se ilusiona mi ser y pienso en el regreso,
a veces le siento tan cerca...
tan cerca, que me estremezco.
A veces me permito volar tan alto, tan alto,
que que en mi éxtasis me pierdo.
Pero siempre despierto tan sola, tan sola...
sin su verso en mi cuerpo,
desnuda en mis propios silencios,
sintiendo que soy una musa mas de su universo,
sintiendo tristemente, que no son míos sus versos...
A veces mi alma le dice adiós .
Marlene Carrillo Vela (continuará)