Vicente Martín Martín

A las seis de la tarde

 

A las seis de la tarde

 

cuando en todas las urnas de los mártires se licua la sangre

y el vientre de los necios se retuerce en las estancias

de alguna casa oscura

 

cuando dejan de amar a sus señoras los maridos castrenses

y se llega a las manos por un vaso de aceite o se discute

por el tráfico aéreo

 

cuando el último preso se arrodilla delante de una frase de amor

y un reloj agoniza mientras pasan las horas

equivocadamente

 

cuando un solo dolor es la promesa que salva a todo el mundo

y una sola mujer quien amamanta a las hienas

de los generalísimos

 

justamente a la hora en que los prados se aburren

y están tristes los huertos

 

a la hora maldita en que el galeno te encuentra

miedos en los riñones

 

a la hora de ayer

de las tabernas llenas bocas que vomitan

funcionarios anémicos

 

a las seis de la tarde exactamente

acabas de morir 

y están de luto 

los muebles de oficina y los forenses que le hicieron ha autopsia

a una amante furtiva.