walter rafael aguero gomez

La vida en claroscuro

Vivo,

observo a mi alrededor;

las situaciones

son pequeños maestros

que me invitan

a realizar actos de amor.

Rompo la rutina

con destellos de felicidad;

hago el acuerdo

de amarte,

de compartir la vida,

de comprenderte,

de aceptarte...

Dejo,

a la orilla del camino,

aquello que me afecta;

lentamente,

tomo lo que abona mi crecimiento,

me hace evolucionar.

Todo

es un simple aprendizaje.

La pasión,

esa ciega que camina a mi lado,

es energía que me rejuvenece,

que me impulsa a actuar;

pero,

a veces,

me esconde los monstruos

que  brotan de la oscuridad.

Ahora,

me hago dueño de lo que pienso,

de lo que siento.

Acepto  y comprendo,

soy feliz y servicial;

me hago un instrumento dócil.

Mis ideas eran ingenuas palomas de paz

dormidas en un arsenal de bombas.

Las desnudo ante ti,

para dejar escapar

por la ventana de la ausencia

el pensamiento negativo.

Tomo la cosecha que sembré,

reconozco mis heridas,

confío en mí,

en tí,

en el Creador

que nos envuelve con su manto.