Ansió mirarte y mientras te espero recuerdo,
Tantos locos y divertidos momentos vividos,
Mi puerto espera con impaciencia tu barca,
Y esos dulces besos pasajeros cual tripulación.
Y cuando llegas tus ojos absorben todo mi ser,
Miro todo y todo lo que miro me agrada,
Todo es diferente desde tu sencillo existir,
Te prendes a mi cuerpo y te siento más mía,
A pasos imprecisos andamos por el sendero.
Y te miro y aún no hablas mientras jugueteas,
Entonces me atrevo a preguntar cualquier cosa,
Sonríes y por fin tu boca linda se abre cual flor,
Liberando palabras que perfumadas vuelan,
Encontrando su destino en mi oído y corazón.
Y a cada oración naciente y libre de tu boca,
Le acompañas con la revolución de tu sonrisa,
Y me gustas libre, divertida, alocada y natural,
Sobrados quedan los detalles que compartes,
Tu dicha deja entrever la pasión con que vives,
De repente me sorprendo de tanto que hablas,
Y aunque notas mis ojos de sorpresa no callas,
El triple helado de chocolate con almendras,
Ni es rival ni ofrece batalla alguna a tu boca,
Que se proclama victoriosa y sigue hablando.
Por intermitentes momentos es tu sonrisa,
La única y gran heroína que logra el objetivo,
De interrumpirte por breves y cortos momentos,
Y son esos pausados y breves instantes de silencio,
Que aunque odio aceptarlo me saben a eternidad.
Pienso que nada es más bello que escucharte,
Pero he concluido que para callar tu constante hablar,
Debo emplear todo mi deseo en besarte y extraviárme,
Junto contigo en tu felicidad y en el mundo de tus locuras,
Matando con el veneno de tu alegría a mi aburrido Yo.
Quiero imitar tus acciones, tu casual forma de vivir,
Sin prisas, sin planes, sin miedos porque eso es vida,
Con la certeza de que el mañana tendrá lo suyo propio,
Para Vivir, comer, leer, cantar y hacer todo con pasión,
Pues esto es requerido para guardar lo mejor en el corazón