\"Érase una vez una bella doncella,
que sentada en el balcón de una iglesia,
que mirando a las estrellas,
que de una de ellas se enamoró.
Su blanco brillo plateado brilló
brilló más aún en los ojos de la doncella.
La luna, celosa se hallaba
viendo que una bella doncella
que sentada en el balcón de una iglesia
que mirando a las estrellas,
que de una de ellas se enamoró.
Con forma menguante acunó su dolor,
y su lado más brillante se opacó,
producto de la descepción,
que la doncella logró,
con su traición al amor
que, alguna vez, la luna le ofreció.\"