Se abre la mañana
como una ventana nueva,
recién nacida de luz,
y tu silueta se aclara a mi lado,
en otro ser distantes.
Símbolo construyo,
signo de lo que quiero dar,
de aquello que entrego,
sin más pretensión
que todo sea tuyo.
Quisiera volar
en cada cosa que te doy,
ser lo que soy,
quitándole caricias
a tus afiladas manos.
Tengo miedo de la nube,
que puede tapar el día
en la ciudad callada
donde no me ves,
donde tu me miras.
Tengo miedo
que las puertas
pierdan sus nombres,
y los sueños no sepan
hacia donde deben ir.
Pero conservo el número
que me dio tu abrazo,
cuando robamos minutos,
bañados del amor entero
a tu corazón debido.