De solo pensar en ella, se me acaba la calma: pienso en sus dulces labios y en todo lo que pasó en aquella ocasión que me confesó cuando visitabamos el jardín botánico, me dijo: “me encanta la botánica y además soy multiorgásmica”. La mire, quede sin palabras, me llene de deseos y anhelos de comprobar si eso es cierto y ahora para lograrlo solo necesitaba un pretexto.
Me hice el que no sabía el significado y le dije “dime qué significa eso de multiorgasmica.” Se sonrojó... me robó un beso y ¿eso? -pregunte e inmediatamente me calla con un beso apasionado; agarra mi mano derecha y como una flecha la lleva hasta su entrepierna y sentí como temblaba, y me dice: “esto es un orgasmo”, entonces quedé anonadado.
Empieza a besarme por el cuello y me da un escalofrío, así que hago lo mismo: le beso el cuello y veo que se le paran hasta los bellos. Miro su cara de locura o quizás de lujuria y vuelvo al cuello, con la lengua lo roso... se estremece y siento que las piernas vuelven a temblar y me lleno de entusiasmo cuando me dice; “este es otro orgasmo”.
Desabotonar su blusa es mi siguiente paso y le hago caso cuando me pide que le quite las demás prendas, que con mis sendas manos lo hago. Empiezo acariciar su cuerpo, así como se acaricia el más bello pensamiento y se le añade un sentimiento de amor.
Me concentro en sus pechos, así como lo hago con este poema, beso cada letra magistralmente, acaricio cada pensamiento que sale de mi mente, chupo cada pezón, como si fuera un bombom bum, es es lenguaje del amor; de nuevo tiembla toda. Ya no me asusto como en las anteriores; le digo; “me encantas, estas rica...” y simplemente dice “es que soy multiorgásmica.”
Sigo bajando y me concentro en su estómago, y soy un mago alli que hago aparecer y desaparecer mi lengua en su piel y alrededor del ombligo, el cual trato como si fuera mi enemigo: lo someto y la obligo a retorcerse de placer, a medida que uso mi lengua desde sus senos hasta su vientre y vuelvo a subir y la siento sufrir de la locura del placer… la siento venir y el deseo se multiplica porque es multiorgásmica.
Llego a su vientre Belén y es el “Edén prohibido” que ahora me voy a comer, y sabe a la sopa de mamá, al premio jugoso de la lotería, al sueño alcanzado. Entonces, soy su dueño y ella mi complemento que saboreo y disfruto en cada rincón de ella, cada espacio, cada superficie, cada hoyo; cada abismo ahora mismo de su vientre. ¡Que mi lengua entre!.. lo pides con sus ojos y me siento con la fuerza de un toro, y tiemblan de nuevo sus piernas, lo que me indica que eres multiorgásmica.
LLegó la hora de como hombre viril usar todo mi potencial para introducir el sabor de hombre en ella, llegar hasta el fondo del placer, estimular su clítoris de mujer, de dama que se ama con su clítoris que se pone al acecho, al roce viril de mi hombría, que quien lo diría, le provocaría otro orgasmo, lo que de nuevo la identifica de multiorgásmica.
Soy muy afortunado de comprobar lo que me confesó en el Jardín Botánico. Además, de sentir el mayor placer que un hombre pueda tener y de una mujer poseer, que ella le entregue su Ser, su intimidad, la flor de su esencia, a veces en inocencia de eso que al hacer el amor la glorifica como una dulce mujer multiorgásmica.
¡Ay, qué alegría en este día, haber tenido aquello que ahora tanto quiero! y quién supondría que me entregaría su preciado tesoro: su muerte, su deseo, su desnudez consciente, su llegada, su venida, y toda su fuente, porque el deseo que ella amplifica la convierte en mujer multiorgásmica.
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Autor: Millondurango
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